domingo, 30 de septiembre de 2007

Por la boca muere el pez?!

Hoy mi post iba a ir dedicado a la situación de Alonso en el mundial en esta temporada, y de cómo Hamilton ha sido más inteligente y sabido poner a los medios y al equipo a su favor, pero creo que hablaré de las decisiones que tenemos que tomar en la vida, en general y en particular.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos tenido que tomar decisiones, más o menos relevantes, con más o menos acierto, pero al final todos hemos pasado por este, a veces terrible, aro en llamas, y del cual es difícil pasar sin quemarse y hacerse una ampolla de las que escuecen durante mucho tiempo.

Las peores decisiones, peores por ser las más dicifíles de tomar, son aquellas en las que tenemos que elegir entre varias opciones, todas ellas buenas a su manera. Y es que desgraciadamente cuando elegimos inevitablemente rechazamos, y a veces duele, y mucho. Incluso a veces eliges pero no eres elegido... pero dejaremos esta variante para otro momento.

Siempre que ejercemos el derecho o el deber de elegir es porque las opciones que barajamos son incompatibles, por muchas razones: temporales, económicas, emocionales, espaciales...; siempre aparece un obstáculo en nuestro camino que nos obliga, para superarlo, a despojarnos de un objeto de tantos que llevamos en esa mochila que nos acompaña desde el nacimiento. Y es que a medida que vamos dejando objetos nos vamos limitando, ya no podemos hacer ciertas cosas, y el amplio camino que teníamos ante nosotros, poco a poco se va reduciendo a una delicada y peligrosa cuerda de equilibrista de la que es muy fácil caer. Pero no sólo nos despojamos de objetos, sino que también vamos recogiendo otros que o bien nos ha dado la gente, o nos hemos encontrado por ahí o que descaradamente los hemos robado. Y por suerte o por desgracia este ciclo de tomar y coger nunca tiene fin.

Sin embargo, cuando nos toca elegir, qué varemo utilizamos? A veces nos encontramos con la dicotomía de tener que decidir entre elegir racionalmente y tener que elegir emocionalmente. Otras tenemos que decidir entre sentimientos. Incluso a veces dudamos entre opciones racionalmente apropiadas. Pero señoras y señores, en este juego no hay reglas fijas, normas que aplicar ante una situación u otra, y por tanto, una misma elección puede ser correcta en un momento y errónea en otro. Nuestro propio criterio e incluso el de los demás es la única guía útil que podemos utilizar para intentar salir airosos de esta treta.

Pero es que además, podemos estar convencidos de lo adecuado de una elección y con el tiempo ver lo errónea que ha sido y viceversa. Así que añadimos aún más incertidumbre al asunto.

El único truco que os puedo contar, si es que se puede llamar truco, es que siempre os acordéis de las razones por las que tomásteis una decisión, porque llegará el día en que os encontréis confusos o perdidos, y el único mástil al que os podréis agarrar serán esos motivos. O tal vez veáis que esas razones ya no son válidas para otro momento concreto y por tanto tampoco la decisión tomada... Por eso, tanto para una cosa, como para otra, acordaos siempre de las razones que os llevaron a hacer o dejar de hacer algo, aunque sea apuntadlas!, y a partir de ellas id aprendiendo y valorando cuáles son buenas y cuáles no.


P.D. El título viene a cuento por la decisión de Alonso de abrir o no abrir la boca en los muchos momentos que ha hecho declaraciones a lo largo de la temporada, y que al final se ha visto que ha sido contraproducente para él. Personalmente prefiero que las cosas se digan, luego ya se verá qué se hace, pero por lo menos las cartas están sobre la mesa!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

joooooooooooooooooo..............................deeeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrr
avemus papam!!!

Anónimo dijo...

Subraya efímreramente la adoctrinación y subyegacion de esta contumaces palabras:"A veces nos encontramos con la dicotomía de tener que decidir entre elegir racionalmente y tener que elegir emocionalmente".

Anónimo dijo...

COMO PUTOS CENCERROS

Anónimo dijo...

no estoy del todo de acuerdo , por ejemplo Alonso actua de manera impulsiva y dice las cosas de manera emocional, creo que si haces las cosas de esta manera salgan bien o mal no tienes porque arrepentirte de ellas.


Rober, que casualidad escribes justo en el mismo minuto que alfon ( por cierto que velocidad mental, me quito el sombrero maese)

Frogmen dijo...

Al final decidí con el corazón y me largué a Bélgica!
La mejor elección de toda mi vida!

Ésta y la de votar al PP en las autonómicas ;)

Anónimo dijo...

De verdad??